jueves, 26 de junio de 2008

Ha muerto Jose Maria Villegas Izquierdo



C.N.T. Granada

En la mente de muchos de nosotros sigue vivo el recuerdo del día en que conocimos a José Mª Villegas. Organizábamos una charla en Baza sobre CNT y anarcosindicalismo con gran ilusión, ya que en esa localidad había aparecido gente joven interesada en este tema y que nos esperaba con entusiasmo, deseosos que en su pueblo se dieran a conocer las ideas libertarias. Llegar a un sitio nuevo siempre te llena de esperanza. Estábamos ansiosos por conocer a la gente joven que allí nos esperaba, que se llevara una buena impresión de nosotros, de nuestro trabajo y de nuestra forma de organizarnos.

Llegamos a la sala, fuimos entrando poco a poco y nos dimos cuenta de que desde el primer minuto, desde bastante antes de que empezara el acto había un hombre mayor sentado en primera fila, esperando a que la charla diera comienzo. A todos nos sorprendió que un hombre de aquella edad acudiera a vernos. Llegamos a pensar que se había equivocado de acto o que venía a meternos caña, porque suponíamos conocer a todos los “abuelos” de la CNT en Granada. Nuestra sorpresa fue cuando al acabar la charla, se inicio el turno de palabra, para que la gente expusiera sus opiniones y se abriera un debate. Se hizo un silencio cuando aquel hombre mayor levantó la mano y comenzó a hablar en un casi inaudible tono de voz. Todos permanecimos callados, sin movernos esperando a ver que decía, a ver que nos desvelaba aquel cuerpo de 90 años. Se presentó y nos relató su vida: su actividad como libertario; lo que había sufrido; lo que había luchado; su ingreso en la CNT; en las Juventudes; su exilio... en definitiva, su vida, llena de momentos de lucha libertaria, de lucha contra el fascismo. Allí empezó nuestro encuentro con alguien que pertenecía de alguna manera a nuestro pasado.

José Mª Villegas nos relató que había acudido a la charla después de ver unos carteles en la parada de bus de delante de su casa. Había acudido allí con la esperanza de encontrar compañeros y nos encontró. A partir de ese momento, continuamos en contacto con él. Ha acudido a los dos actos del 1 de mayo que se han celebrado desde la fecha e incluso participó en uno de ellos a pesar de su salud. Se volvió a afiliar al sindicato y ha mantenido siempre el contacto con los compañeros bastetanos, insistiendo en que lo avisaran para sus próximas asambleas en Baza, demostrando unas interminables ganas de seguir en la lucha. Alguno de ellos recuerda de manera entrañable como Villegas insistía en hacer actos en el pueblo para ver si así poco a poco cambiaban las cosas. Este hombre de 90 años, que ha muerto empezando proyectos como sus memorias e intentado crear conciencia hasta el último momento, nos concedió una entrevista donde relata sus hazañas como luchador libertario y que esperamos que pronto pueda ver la luz para el goce de todos. Nos cuenta historias de la guerra civil en la columna Durruti, su ataque al General Pozas, los problemas con la policía francesa, sus fugas de la cárcel, su situación en los campos de concentración nazis o el bombardeo al Pazo de Meirás.

Ahora este compañero nos deja un hueco enorme e irrellenable, nos hace conscientes de que la memoria histórica va muriendo poco a poco, porque la memoria histórica son ellos, no cuatro papeles mojados y fosos abiertos desempolvando muertos. Son ellos, gente que vivió y luchó por lo que ahora nosotros también anhelamos. Tenemos tanto que aprender de todos ellos. Su marcha nos deja el mal sabor de boca de saber que la memoria viva va poco a poco desapareciendo. Villegas ha muerto durmiendo, seguro que soñando con la revolución social.

Compañero, gracias por servirnos de ejemplo.

Que la tierra te sea leve.






BIOGRAFÍA:



Nació en Caniles, Granada, el 8 de mayo de 1917. Desde muy joven tuvo inquietudes sociales, y por ello fue perseguido por el caciquismo en su pueblo, viéndose obligado a marcharse hacia Barcelona, donde ejerció su oficio en la madera como carpintero y ebanista en la CNT de Barcelona, dentro del famoso e importante Sindicato de la Madera.

Cuando estalla la Guerra Civil participa en la oleada revolucionaria barcelonesa, derrotando a los fascistas. Se enrola en las milicias, y con 19 años entró en la Columna Durruti, y se le nombrará centurión. Participará en la victoriosa Batalla de Alcalá del Obispo. El 15 agosto de 1936 fue herido en un brazo, pero no quiso ir a la retaguardia, sino seguir con sus compañeros. Marchó con su centuria a Madrid, donde cayó Durruti, lo que desmoralizó, según Villegas, a todos los compañeros, pero siguieron combatiendo con todas sus fuerzas, a pesar de todo. Vinieron otras columnas y combatientes, y se luchó duro en Madrid. Irá a Játiva y allí se enfrentará, en una reunión, a Santiago Carrillo sobre la cuestión de la militarización. Va a Biñéfar y tras un desfile, le llaman del Estado Mayor. Allí se enfrenta con el general Pozas, que le llama indisciplinado y cobarde, y tras varias provocaciones, Villegas le dará dos puñetazos, por lo que será juzgado en un Consejo de Guerra y le condenarán a muerte, encerrándole en el Castillo de Figueras. Afortunadamente la CNT se las ingenió para salvarle y ayudarle a escapar. Entra en la Columna de Hierro y allí se tienen que ocupar de los peores puestos en el frente y los compañeros caen “como chinches”, siendo herido el propio Villegas. Son derrotados y tienen que huir a Francia, donde entrará en varios campos de concentración (como el de Argelès) siempre en condiciones muy duras.

Logrará escapar y se incorporará para formar parte de los nuevos grupos de acción. Se armará fuertemente con ametralladoras Thompson, un par de pistolas y varias granadas, escondidos en su gabardina. Tras varios atentados se le asigna la misión de coordinar los grupos de acción anti-nazis con mensajes secretos en la prensa, pero será emboscado por la policía francesa antes de ir a poner tales anuncios con códigos secretos, y caerá herido de bala tras abatir a cuatro policías. Lo llevan al hospital donde le atenderán unos médicos simpatizantes que luego le ayudarán a huir. Por esta época conoce a su futura esposa, va colaborando con la Resistencia, salvará la vida a Vincent Auriol (futuro presidente de Francia), se enfrentará a una emboscada de la policía francesa en una panadería cercana a su casa, donde conseguirá abatir a dos, obligando a los policías a retirarse. Más tarde será detenido otra vez, conociendo otros campos de concentración. Será liberado definitivamente por el ejército canadiense en su avance contra los nazis, cuando se encontraba en marcha de evacuación del campo de concentración de Buchenwald.

Tras la Segunda Guerra Mundial, sigue participando en la lucha anti-franquista, entrando en el grupo de Manuel Pareja Pérez, Antonio Gil Oliver (Antonio Sancho), Pedro Adrover, entre otros, donde actúa en el M.L.R. (Movimiento Libertario de Resistencia). Entre sus actuaciones está la participación en la ejecución del confidente Eliseo Melís, el traidor que causó la caída de casi todos los Comités en los años 40. Durante el tiroteo cayó herido Manuel Pareja, que fallecerá poco después en un hospital. Sin embargo su acción más temeraria es el bombardeo al Pazo de Meirás donde solía veranear Franco, con la evidente intención de acabar con él.

José Villegas vive en el exilio en Francia, Alemania y finalmente en Venezuela, donde pasá varias décadas trabajando en la Madera, hasta que en los años 90 vuelve a España, concretamente a Baza, cerca de su pueblo natal Caniles. Es invitado a innumerables e importantes actos en honor a las víctimas de los campos de concentración nazis, representando en repetidas ocasiones a los españoles. En Baza retoma el contacto con la CNT-AIT en 2006, reintegrándose en la Confederación hasta su muerte, ocurrida el 11 de Junio de 2008 mientras dormía tranquilamente.