viernes, 20 de julio de 2007

FUTURO INCIERTO PARA LA FACTORIA ALTADIS DE CÁDIZ


La multinacional Imperial Tobacco admitió ayer que es «inevitable» que un proceso de fusión como el que inició el pasado miércoles al lanzar una Oferta Pública de Adquisición (OPA) por Altadis pueda dar lugar a recortes de plantilla ulteriores, en el caso de que la compra se consume. «Las operaciones financieras de este tipo entre dos grandes empresas de carácter internacional generan una actividad redundante que se traduce en pérdidas de puestos de trabajo». Es decir, si la producción que realice una fábrica de Imperial Tobacco satisface sus necesidades y Altadis dispone de una planta que hace lo mismo, la británica podría prescindir de la segunda.
Las mismas fuentes informaron de que ambas compañías crearán un equipo de trabajo que estudiará en qué áreas se podrá «generar ahorro una vez que se complete la adquisición». El informe que se realice incluirá un examen total de la producción y «una evaluación de los niveles de eficiencia, así como de los requisitos de capacidad». Este estudio tomará en consideración la planta gaditana –al igual que todas las de ambas empresas– y de él se extrapolarán los datos con los que el nuevo gigante del cigarrillo –que se convertiría en la cuarta tabaquera del mundo si la operación prospera– decidirá si continúa o no la producción que se realiza junto al puente Carranza.
Hasta el momento, sin embargo, la multinacional británica de las labores del tabaco ha declinado pronunciarse sobre el futuro de ninguna de las plantas de Altadis. «Los empleados, sindicatos y comités de empresa serán los primeros en recibir información sobre los planes que se pretendan llevar a a cabo», añadió la compañía.
Plantilla
A este respecto, la presidenta del comité de la fábrica gaditana, Carmen Pérez (AO), indicó ayer que sólo disponen de la información aparecida en los medios de comunicación y advirtió de la imposibilidad de un recorte de plantilla: «Una reducción del número de trabajadores de una fábrica en la que trabajan poco más de 300 personas es imposible». Ésto añadido a que la media de edad entre los empleados es de 50 años, hace temer a los trabajadores que puedan convertirse en «un segundo Delphi».
Según Pérez, la factoría de tabaco no ha recibido grandes inversiones desde su instalación en su ubicación actual en 1988 ni se han contratado nuevos operarios de planta desde hace 30 años. «Tan sólo entraron mecánicos y personal de mantenimiento y electrónica que provenían de la reconversión naval de mediados de los ochenta», añadió la representante de los trabajadores.
La presidenta del comité aseguró que desde principios de año las distintas plantas de producción de la fábrica han visto reducido su rendimiento. Asimismo indicó que «desde hace tres años no se trabaja al máximo de capacidad que permiten las instalaciones».
La factoría gaditana de tabaco –que llegó a superar los 1.200 trabajadores– sólo trabaja en la actualidad para las labores de tabaco rubio de varias marcas de la compañía. Sin embargo, hasta hace unos pocos años también realizaba trabajo para otras tabaqueras de carácter internacional como Japan Tobacco, R. J. Reynolds y el gigante Philip Morris