Hace apenas una semana que el presidente de la Junta, Manuel Chaves, afirmaba que la multinacional Delphi no se marcharía “de rositas” de la Bahía puesto que se habían fijado unas indemnizaciones para los trabajadores, además de otros pagos no dinerarios que deberá realizar.
Pues bien, la empresa norteamericana ha anunciado que instalará una nueva planta en la localidad rumana de Iasi, que recibirá en diferentes fases una inversión máxima de 100 millones de euros y generará hasta 1.000 puestos de trabajo directos. Pero, además, serán los trabajadores de las empresas auxiliares los grandes olvidados, los que no recibirán ni un euro de lo negociado. Y precisamente la Junta es la que ha asumido el compromiso de recolocar a todo el personal que se ha quedado en la calle. A todo, o sólo al fijo de Delphi. Después de escuchar una y otra vez que la planta no se iba a cerrar y de anunciar los nombres de las empresas que se iban a instalar en la Bahía y que después resultó ser falso, el crédito de la administración autonómica gestionando esta crisis queda por los suelos. Así, el “de rositas” también queda, como mínimo, en entredicho. Porque los trabajadores de empresas auxiliares le preguntarían a Chaves qué significa “de rositas”. Los ciudadanos han demostrado una vez más que tienen la sensibilidad suficiente para entender la tragedia de muchas familias. Han apoyado, se han manifestado, han perdido dinero y tiempo en una lucha que ha merecido la pena en el plano moral. La marcha de Delphi es una tragedia que la Junta no se atrevía a abordar. Hace falta un cambio de rumbo, y olvidar que la fórmula para que las empresas se instalen en la Bahía pase por la subvención. Esta zona tiene atractivos enormes que no se explotan y precisamente el dinero no es uno de ellos
Pues bien, la empresa norteamericana ha anunciado que instalará una nueva planta en la localidad rumana de Iasi, que recibirá en diferentes fases una inversión máxima de 100 millones de euros y generará hasta 1.000 puestos de trabajo directos. Pero, además, serán los trabajadores de las empresas auxiliares los grandes olvidados, los que no recibirán ni un euro de lo negociado. Y precisamente la Junta es la que ha asumido el compromiso de recolocar a todo el personal que se ha quedado en la calle. A todo, o sólo al fijo de Delphi. Después de escuchar una y otra vez que la planta no se iba a cerrar y de anunciar los nombres de las empresas que se iban a instalar en la Bahía y que después resultó ser falso, el crédito de la administración autonómica gestionando esta crisis queda por los suelos. Así, el “de rositas” también queda, como mínimo, en entredicho. Porque los trabajadores de empresas auxiliares le preguntarían a Chaves qué significa “de rositas”. Los ciudadanos han demostrado una vez más que tienen la sensibilidad suficiente para entender la tragedia de muchas familias. Han apoyado, se han manifestado, han perdido dinero y tiempo en una lucha que ha merecido la pena en el plano moral. La marcha de Delphi es una tragedia que la Junta no se atrevía a abordar. Hace falta un cambio de rumbo, y olvidar que la fórmula para que las empresas se instalen en la Bahía pase por la subvención. Esta zona tiene atractivos enormes que no se explotan y precisamente el dinero no es uno de ellos
